DECLARACION DE FE
De la IPPD Iglesia Pentecostal del Poder de Dios
Algunos puntos doctrinales
1.La inspiración de las Escrituras: Creemos que la Biblia es la palabra de Dios, nuestra única regla infalible de fe y conducta, por haber sido inspirada por el Espíritu Santo.
2Ti 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
2Ti 3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
- 2. El Dios único y verdadero: Creemos que hay un solo Dios verdadero, que se ha revelado como el Creador de todas las cosas, y que existe eternamente. En la unidad esencial de Dios hay distinción de personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta doctrina de un solo Dios que subsiste eternamente en tres personas es llamada la Trinidad.
1Ti 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
2Co 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
- La salvación del hombre: Creemos que la salvación se obtiene cuando el hombre se arrepiente de sus pecados y acepta por la fe el perdón de Dios ofrecido a través de Jesucristo. Además, el Espíritu Santo le da seguridad interna de que ha sido hecho hijo de Dios. A partir de este momento el hombre salvo debe vivir una nueva vida, recta y santa.
Jua 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Rom 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
- La santificación del creyente: Creemos que la santificación es un estado de gracia al cual entra el creyente al aceptar a Cristo, e implica separarse de la mundanalidad y consagrarse a Dios, procurando vivir en un estado de pureza moral mediante la ayuda diaria del Espíritu Santo.
1Ts 4:3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;
Apo 22:11 ... y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
- El bautismo en el Espíritu Santo: Creemos que el bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia espiritual diferente a la salvación y posterior al nuevo nacimiento en Cristo. Es dado para capacitar al creyente en el cumplimiento de la gran comisión.Creemos que todos los dones que otorga el Espiritu Santo estan completamente activos.
Hch 1:5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo
Hch 19:2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
- La sanidad divina: Creemos en la sanidad divina, y ésta se recibe por fe con base en el sacrificio expiatorio de Cristo.
1Pe 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Mat 10:8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
- La Iglesia: Creemos que la Iglesia es el cuerpo de Cristo; está compuesta por cada creyente nacido del Espíritu cuyo nombre está escrito en el libro de la vida. Su propósito es adorar a Dios, evangelizar al mundo, edificar a los fieles y llevar a cabo la obra social. En un sentido amplio todo creyente es un ministro, llamado para servir, testificar, interceder y contribuir, aunque también han sido provistos un llamamiento específico y un servicio escrituralmente ordenado por Dios para los ministros de la Palabra.
Efe 5:23 ... así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
- La mayordomía financiera: Creemos que la mayordomía financiera es deber y privilegio de todos los cristianos, que como fieles mayordomos de Cristo contribuyen al sostenimiento y extensión de la obra con sus ofrendas y diezmos.
2Co 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
2Co 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
- El arrebatamiento de la Iglesia: Creemos que el arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá cuando Jesucristo regrese por los suyos, en ese momento los que hayan muerto siendo salvos serán resucitados primero y trasladados junto con aquellos creyentes que se encuentren vivos, para estar con el Señor por la eternidad. será antes de la gran tribulación.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
- El bautismo en agua: Creemos en el bautismo en agua por inmersión, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Es un sacramento para la Iglesia, un testimonio público de la fe del creyente que ha aceptado a Jesús como su Salvador.
Mat 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
Mat 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua;
Hch 8:36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
- La santa cena del Señor: Creemos que la santa cena es también un sacramento para la Iglesia, del que participan los miembros de la congregación que ya fueron bautizados en agua, como un símbolo de nuestra unión con Cristo, un recordatorio de su sufrimiento y muerte y un anuncio de su inminente retorno.
1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:
1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
- La desaprobación de doctrinas erróneas: Creemos que la desaprobación de doctrinas erróneas es necesaria para evitar confusiones y herejías, preservando la sana doctrina y la unidad del cuerpo de Cristo.
Jud 1:3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.