Diluvio desde Ica hasta Arequipa: Lluvias extremas causan inundaciones y daños en el sur del Perú
Desde huaicos hasta colapso de desagües: la furia de la naturaleza deja a las dos regiones vecinas en emergencia, con miles de afectados y viviendas destruidas. Con más precipitaciones en camino, las autoridades luchan por atender a los damnificados
Este 17 de febrero de 2025, el sur del Perú está siendo azotado por lluvias torrenciales que afectan de manera simultánea a las regiones de Ica y Arequipa, que enfrentan inundaciones, huaicos y graves daños en infraestructuras. Los diluvios, que comenzaron el fin de semana y se intensificaron este lunes, han generado caos en diversas zonas de Ica, principalmente en distritos como Parcona y Tinguiña, y han tenido un impacto devastador en provincias arequipeñas como Caravelí, Caylloma y La Unión. Los sistemas de desagüe han colapsado, las carreteras están bloqueadas y las autoridades locales y nacionales se enfrentan a una emergencia de proporciones mayores. La región está ahora en nivel rojo de alerta, con la posibilidad de más huaicos y deslizamientos de tierra que agravan la crisis.
Aunque las lluvias hayan sido de corta duración, su intensidad ha causado graves daños en ambas regiones, y según los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), estas van a continuar. A medida que las lluvias se intensifiquen, las autoridades luchan por coordinar los esfuerzos de rescate y asistencia humanitaria, mientras que la población teme por la activación de más quebradas.
El panorama en Ica es alarmante. Desde las 2:00 p.m. del lunes, intensas lluvias han desbordado calles y sistemas de desagüe en la ciudad, afectando principalmente a los distritos de Parcona, Tinguiña, Subtanjalla, y Salas Guadalupe. Las precipitaciones de más de 45 minutos han colapsado los sistemas de drenaje, dejando a miles de habitantes atrapados entre las aguas.
Vecinos de diversas zonas reportaron inundaciones en viviendas, donde las aguas han superado los sistemas de alcantarillado, afectando tanto el tránsito como la salud pública al mezclar la lluvia con agua servida. Además, el colapso de desagües y la saturación del terreno por las lluvias previas aumentan el riesgo de huaicos o deslizamientos de tierra.
Las autoridades han declarado estado de emergencia en algunas de las zonas más afectadas, mientras que el Senamhi mantiene la alerta roja, dada la posibilidad de activación de quebradas y la ocurrencia de huaicos en zonas como San José de Los Molinos, donde se teme la activación de las quebradas Tortolitas y La Yesera. En otros sectores, como Los Aquijes, la quebrada Pedregal representa un riesgo latente para las viviendas precarias, muchas de las cuales están construidas con materiales vulnerables como esteras y techos de barro.
Mientras tanto, la situación en Arequipa se ha convertido en un verdadero caos. Las intensas lluvias en la región han causado graves afectaciones, dejando a 171 personas damnificadas y 2,779 viviendas afectadas. La provincia de Caravelí es la que reporta el mayor número de víctimas y viviendas dañadas, concentrando más de 800 casas afectadas y una decena de víctimas.
El Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) Arequipa ha solicitado la declaratoria de emergencia para 103 distritos de siete provincias de la región, tras los graves daños causados por huaicos, crecidas de ríos e inundaciones. “Estamos pidiendo una respuesta inmediata del Ejecutivo para que los recursos sean enviados lo antes posible a las zonas más afectadas”, declaró el gobernador regional Rohel Sánchez al diario Exitosa. La solicitud de emergencia busca agilizar las ayudas humanitarias y el rescate de los damnificados, mientras se intensifican las tareas de reconstrucción de las infraestructuras destruidas.
La situación en Caravelí es especialmente grave, con la pérdida de 43 kilómetros de canales de riego, 28 bocatomas afectadas, 47 hectáreas de cultivos perdidos y 44 cabezas de ganado afectadas. Los huaicos también han dejado graves daños en la infraestructura vial, con más de 150 kilómetros de vías departamentales afectadas y varios puentes intransitables. En total, más de 3 puentes han sido destruidos en la región, lo que ha dejado a los habitantes incomunicados y ha dificultado las labores de rescate.
La crisis también ha dejado una huella trágica: al menos tres muertos, entre ellos dos menores de edad. La pérdida de vidas humanas y la destrucción de viviendas, además de la interrupción de los servicios básicos como agua potable y electricidad, ha generado un clima de desesperación entre los pobladores.